DESCRIPCION
Una de las características más singulares de La Coruña, con respecto a la oferta de otras ciudades, es su pasado arquitectónico relacionado con las corrientes progresistas de finales del siglo XIX y principios del XX.
En 1883 el Ayuntamiento pondrá en marcha la ampliación de la ciudad con el Ensanche, que ocupa las calles actuales de Juana de Vega, Picavia, Feijoo, Plaza de Lugo y Plaza de Pontevedra.
La burguesía local, enriquecida con el comercio ultramarino, construyó en este espacio lujosas residencias que imitan las de Viena, París y Berlín, y que mostraban su prosperidad económica y cultural al exterior.
Era esta su manera de diferenciarse de la vieja aristocracia herculina, que seguía habitando la Ciudad Vieja en vetustos caserones sin galerías y con habitaciones oscuras y mal aireadas, dandole la espalda al mar.
La mayoría de los edificios modernistas pueden encontrarse en el primer Ensanche de la ciudad, pero existen también muestras de este estilo situadas en alguna de las calles históricas de la ciudad.
Por ejemplo: la Calle Real, la Calle de San Andrés, la Avenida de la Marina, los Jardines de Méndez Núñez, Panaderas y Orzán.
La más reciente modernización arquitectonica de la ciudad se debió al alcalde Francisco Vázquez Vázquez, quien gracias a haber sido elegido seis veces consecutiva para su puesto (entre 1983 y el 2006) logró darle forma a proyectos muy ambiciosos como la construcción de un paseo marítimo de doce kilometros -considerado el más largo de toda Europa- y la creación de tres museos científicos: La Casa de las ciencias, La casa del hombre y la Casa de los peces.
Además de estos proyectos, levantó el Palacio de la Ópera, el Coliseum -un edificio pensado para que pudieran realizarse toda clase de eventos, incluidas corridas de toro- el Parque Escultórico, La torre de la Comandancia Marítima y el Centro de Ocio del Puerto.
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